Maravillados con el País de las sonrisas.
Los pilotos del International BMW Motorrad GS Trophy 2016 tuvieron que poner a prueba sus habilidades. El paisaje del Triángulo de Oro del sudeste asiático, donde confluyen las fronteras de Tailandia, Birmania y Laos, está formado por una serie de rutas desafiantes.
Desde Chiang Dao hasta los lugares más hermosos de Tailandia.
Stéphanie Bouisson, Equipo Femenino Internacional
Una estrella sobre dos ruedas.
Una estrella sobre dos ruedas.
El tramo de 1400 kilómetros llevó a los equipos por zonas naturales maravillosas y ubicaciones variopintas repletas de atractivos culturales. Los pilotos y sus motos eran recibidos con los brazos abiertos allí por donde pasaban. Con frecuencia los niños corrían hasta los pilotos para observar más de cerca las grandes motos de aventura.
El equipo de las mujeres sorprendió a muchos. "Cuando los lugareños se daban cuenta de que éramos mujeres, se quedaban encantados", recordaba Amy Harburg de Australia.
Un descanso para refrescarse.
Un descanso para refrescarse.
Al inicio del International GS Trophy, el clima les puso las cosas muy difíciles a los equipos. Se tuvieron que cambiar las rutas debido a las intensas lluvias. Al día siguiente, las tormentas se calmaron y los equipos completaron las pruebas especiales bajo un sol radiante.
Durante la semana, las temperaturas ascendieron a los 30 grados con una humedad elevada. A nadie le sorprendió que todos los componentes del Equipo de Japón se zambulleran en un arroyo con la ropa puesta para refrescarse.
Todo el mundo por la izquierda: el tráfico de Tailandia.
Siempre amables
A Tailandia también se la conoce como el "país de las sonrisas". Con razón. Los lugareños son famosos por su hospitalidad. Los participantes pudieron experimentar esta amabilidad por sí mismos. "Los lugareños son fantásticos. Parecen muy felices cuando los saludo en tailandés", contaba Stéphanie Bouisson de Francia.
Templos budistas, pueblos pesqueros y selvas.
Las etapas de día llevaron a los pilotos por selvas, montañas y extensos arrozales. Los equipos también vieron templos budistas y pueblos pesqueros con los tradicionales palafitos.
Durante el recorrido de siete días, los pilotos pudieron observar de cerca elefantes, búfalos de agua, gallos, patos y cerdos. "Observar elefantes en su hábitat natural fue algo muy especial. Las rutas nos llevaron a zonas profundas de las regiones rurales de Tailandia, lejos de las calles e incluso de los senderos. Presenciar algo así fue increíble", afirmaba Gaston Quiroga de Argentina.